
“Cuando pierdas, convéncete de que no pierdes, estás ganando la pérdida. Haz un duelo. Los pasos son…
1.- Recréate en la pérdida, piensa en ella.
2.-Sufre con ella. Invita a la gente que tenga que ver con esa pérdida, pídeles consejo.
3.-Llora (los ojos son nuestro limpiaparabrisas privados y públicos).
4.-Busca la ganancia de la pérdida y tómate tu tiempo.
5.-A los pocos días te sentirás mejor. Notarás que has ganado. Pero recuerda que puedes volver a perder esa sensación.
¿Funciona? Seguro. Yo jamás tuve fantasma. El fantasma es la sensación de notar la pierna cuando no la tienes, y creo que no tuve fantasma porque, sin saberlo, me despedí tan bien de la pierna que hasta la pierna se fue.
El primer descubrimiento del mundo amarillo: Las pérdidas son positivas. Que nadie te convenza de lo contrario.
A veces las pérdidas serán pequeñas, otras veces serán grandes, pero si te acostumbras a entenderlas, a enfrentarte a ellas, al final te drás cuenta de que no existen como tal. Cualquier pérdida es una ganancia.”
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